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sábado, 14 de mayo de 2011

Los inmigrantes no tienen adonde ir.

Ecuatorianos, marroquíes y subsaharianos vagan por Lorca tras perderlo todo - La mayoría de los lorquinos han recogido sus enseres y se han marchado.
Los lorquinos se han ido. Algún miembro de la familia viene por la mañana, visita los daños causados por el terremoto en su casa, recoge pertenencias y luego se vuelve a Águilas o Murcia, a casas de familiares o a segundas residencias. Por la noche, sus viviendas permanecen mayoritariamente apagadas. Pero en la ciudad queda mucha gente que no tiene un lugar al que ir. Son la mayoría de los 13.000 inmigrantes (ecuatorianos, marroquíes, bolivianos...) que viven en la ciudad. Dicen que no tienen un lugar al que ir y suponen ya el 80% de los que siguen en los campamentos. Cargados con mantas, maletas, con sus bebés, en grupo y en solitario, subsaharianos, magrebíes y latinoamericanos eran ayer una de las imágenes de la ciudad.
Dos marroquíes charlan tranquilamente a la sombra de un árbol en un céntrico parque. Son Abdelhafid Bouhobba y Ali Elmourabiti, que trabajan, como la inmensa mayoría de inmigrantes en Lorca, en el campo. "Las casas se han caído y no tengo familia. No sé si irme o qué hacer. Los inmigrantes sentimos más la crisis y sentimos más el terremoto", explica Bouhobba, de 34 años y que lleva 10 en España. Su compañero explica cómo se encuentra: "Sin casa y sin trabajo. Problema grande", y se ríe del resumen de su situación.
Las colas para conseguir una litera seguían siendo ayer larguísimas. El ecuatoriano Arturo Javier, harto de no conseguir una litera, carga contra la policía: "Los militares y la Cruz Roja nos tratan bien, pero los policías lo primero que hacen es pedirnos los papeles". La cónsul de Ecuador da una versión similar: "La policía trata de una manera déspota a los inmigrantes". Las esperas en el campamento y el paso de las horas enrarecen el ambiente.

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