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martes, 19 de abril de 2011

Un ajuste rápido en EEUU puede dañar la economía global

Europa, como ha sucedido habitualmente en los últimos cien años, pasa de moda pronto para que la rabiosa actualidad vuelva a centrarse en Estados Unidos y Asia, auténticos focos de las tendencias mundiales. La reunión de primavera del FMI dejó bien claro que las llamadas al ajuste fiscal en las economías del euro están tan en decadencia como el propio continente. Los avisos se sucedieron sobre EEUU y Japón.


El FMI ha dado cierto margen de actuación a este último, a la espera de que calcule cuánto le va a costar el terremoto y el tsunami, pero a EEUU se le ha atacado sin perdón. El FMI teme que haya incluso un "contagio" de la crisis de la deuda que ha sacudido a las economías europeas en los últimos meses y que, como sucedió con la gripe durante el descubrimiento de América, el virus salte el charco y afecte a un país que no está acostumbrado a que se ponga en entredicho su sistema inmune.
El investigador de Brookings (uno de los thinktanks más prestigiosos de EEUU) Barry Bosworth (antiguo asesor del presidente) explica a Público que la "retórica del FMI "es excesiva" y que no está "sopesando los riesgos a la baja" que supondría un acelerado ajuste fiscal. Bosworth recuerda que abrocharse el cinturón un agujero más de lo necesario podría ahogar la recuperación económica estadounidense, y con ella, el crecimiento mundial.

Por su parte, el economista jefe de S&P para EEUU, David Wyss (considerado uno de los economistas más influyentes del planeta), niega la mayor y asegura que las previsiones del FMI sobre deuda pública en las que EEUU tendrá más del 100% de su PIB comprometido en 2012 "no tienen sentido". "Seguirá por debajo de la media europea", cree Wyss. Por lo pronto, Barack Obama ha iniciado un proceso de consolidación fiscal en el que reducirá el déficit cuatro billones de dólares en diez años.

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